CULTURALIA. EN OCASIÓN DEL “GRITO” (III-III)

NOÉ GUERRA PIMENTEL* 
Con los datos ofrecidos en mis dos anteriores entregas, nos queda claro el porqué es tan importante la ceremonia del Grito de la noche del 15 de septiembre, efeméride con la que estamos conmemorando el probable inicio y no la consumación de un movimiento armado que de origen no buscaba ni tomar el sentido que tomó ni mucho menos concluir como fue y aquí al margen de que esta fiesta suscita la idea de arraigo e identidad y sin duda el orgullo de ser parte de, cabría preguntarnos ¿porque los mexicanos conmemoramos el “nacimiento” de nuestra nación y no como lo hacen la mayoría de los países del mundo?.
   

Durante la República restaurada, Juárez incluyó a Morelos en la mención y años más tarde Porfirio Díaz agregó el lema que distinguió a su prolongado régimen: “Paz y progreso”. En todo caso, se incluye el grito “¡Vivan los héroes que nos dieron patria!”, seguido por el nombre de algún otro prócer. En 1896, don Porfirio ordenó el traslado de la campana original (Esquilón) de la parroquia de Dolores al Palacio Nacional, siendo él mismo el primero en tocarla el 15 de septiembre de ese año; pero de este pasaje hay una historia no revelada hasta hoy, sucede que Las conmemoraciones del Aniversario del Grito de Dolores se celebraron de manera oficial hasta 1886 en escenarios cerrados en la Capital de la República. 

En 1887, Guillermo Valleto, regidor de festividades del Ayuntamiento, tuvo la idea de verificar por primera vez dicho acto en el Balcón Central de Palacio Nacional y así integrar al pueblo a la celebración en la Plaza de la Constitución (de Cádiz), lo que se hizo ese mismo 15 de Septiembre, con la intervención del Presidente Díaz. Bueno, pues precisamente para este acontecimiento se requería la Campana de Dolores, la original; pero nunca pudo llegar por una razón importante: en el pueblo de Dolores Hidalgo se informó que la Campana de la Independencia ya no existía. Así que comenzó la búsqueda preguntando a los habitantes del pueblo, quienes contestaban que la Campana de Dolores ya no existía por haber sido fundida varias veces, el pueblo de Dolores tuvo esa ocurrencia para impedir que les quitaran tan venerada reliquia, esto provoco un retardo de una década para que se efectuase el traslado de la Campana. No cabe la menor duda de que la Campana que congregó al pueblo de Dolores fue el Esquilón San Joseph, fundido el 22 de Julio de 1768, lo que indica que no fue fundida varias veces, como se afirmaba. Con ello, la ceremonia del Grito tomó la forma que hoy conocemos. 

En 1930, durante la presidencia de Pascual Ortiz Rubio, el Grito fue transmitido por radio a todo el país por vez primera. El Presidente Lázaro Cárdenas del Río, por ejemplo, fue el primero en mencionar, en su discurso previo, las virtudes de la revolución social durante la ceremonia que encabezó en 1937. En 1949 se realizó la primera transmisión televisada del acto, presidida por Miguel Alemán Valdés. En 1963, Adolfo López Mateos innovó el rito patrio al hacer parte de los festejos la liberación de algunos presos detenidos por delitos menores en Dolores. Como se aprecia, las ceremonias no se han mantenido incólumes. Sin embargo, la alegría y el orgullo que caracterizan a esta fiesta se han fortalecido y se manifiestan vivos cuando los hijos de este país al escuchar ¡Viva México! respondemos a una sola voz ¡Vivaaaa! 
*Presidente de la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, A.C.

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